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30 Aniversario de la fundación de la Asociación.

Cena de Hermandad. Homenaje a Vicente Oya Rodríguez.

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    El sábado pasado, 19 de diciembre, tuvo lugar una emotiva cena homenaje a Vicente Oya Rodríguez por parte de la Asociación de Amigos del Archivo de la Catedral de Jaén en el treinta aniversario de su fundación. Vicente Oya es historiador, escritor y Cronista oficial de Jaén y de Cambil. Sus méritos personales y profesionales lo convierten en una de las personas más valiosas de nuestra Provincia. Trabajador incansable en beneficio de los desfavorecidos, es Presidente de APROMPSI y colaborador de cuantos organismos e instituciones trabajan por la cultura y la sociedad giennense. Su trabajo está recogido en las grabaciones de Radio Nacional de España, cuando fue corresponsal, en miles de artículos periodísticos de Diario Jaén, Ideal, ABC, La Vanguardia, etc. y se pone de manifiesto a lo largo del año en numerosas conferencias, trabajos y publicaciones, participaciones en foros, encuentros y coloquios en los que nos hace partícipes de sus conocimientos y sabiduría.  Son incontables sus méritos y su silenciosa labor por la Cultura y la Sociedad giennense, a lo que hay que unir su calidad humana, valores que fueron resaltados en esta cena-homenaje del treinta aniversario de la Asociación. Se sumaron al acto instituciones como la Real Sociedad Económica de Amigos del País, las asociaciones nacional y provincial de Cronistas Oficiales, la Asociación Cultural Sáudar, APROMPSI y numerosas personas a título individual.

    Vicente Oya agradeció el acto con las siguientes palabras:

"PALABRAS DE GRATITUD A LOS AMIGOS DEL ARCHIVO HISTÓRICO DIOCESANO.

I. INTRODUCCIÓN.

   La ciudad donde vivimos, trabajamos, sufrimos o gozamos, es como nuestra otra gran familia. De ella nos nutrimos y a ella cooperamos en el ejercicio de nuestra profesión y a través de los trabajos y los días, en los distintos ámbitos de las instituciones o asociaciones donde prestamos nuestra colaboración, como la vida política, económica, social, cultural o religiosa. Entre esas instituciones, en las que yo he desembocado, con diversas actividades, modestamente, está la Asociación de Amigos de los Archivos Diocesanos de Jaén y Baeza, de nuestras Catedrales, Asociación a al que quiero expresar mi profunda y sincera gratitud por la atención que tenéis conmigo, en el ya treinta aniversario de su creación.

 II. DESDE LA PERSPECTIVA PROFESIONAL.

    Estoy celebrando, en la intimidad, mis bodas de oro en la profesión periodista. Ya soy, por otra parte, un jubilado como funcionario público. Pero la verdad es que hay muchas cosas, verdaderamente entrañables, que me atan no solamente a la ciudad de Jaén, a mi pueblo, Cambil, como cronista oficial de ambos municipios. El volcar mi oficio periodístico sobre nuestra tierra me ha proporcionado vinculaciones especiales con diversas instituciones: Desde la perspectiva cultural, y yo creo que por ser esa persona que pasaba por allí, llegué al Instituto de Estudios Giennenses, a la Real Sociedad Económica de Amigos del País. A las Asociaciones Provincial y Española de Cronistas Oficiales, al Consejo Social de la Universidad de Jaén, donde he sido secretario general; a la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Jaén, donde fui profesor; a la Real Academia de Córdoba o a la Academia Bibliográfica "Virgen de la Capilla", de Jaén; a la Santa Capilla de San Andrés y a diversas Cofradías y Hermandades de Penitencia o de Gloria. O los Amigos de San Antón, a la Asociación APROMPSI...

   Como periodista, licenciado en historia Contemporánea y como escritor, he comparecido en pueblos, villas, ciudades e instituciones de nuestra provincia, para pronunciar pregones de Semana Santa o de Fiestas Populares. En cincuenta años he sido redactor del diario Jaén y ahora, desde hace 21 años, escribo una columna diaria para el periódico Ideal. He pasado como corresponsal en Jaén de Radio Nacional de España, ABC de Sevilla, La Vanguardia de Barcelona y otros medios. Mi profesión, mi vocación literaria, mis inquietudes de investigación en el campo de las Historias Locales, me han llevado a muchos sitios. Siempre he hecho de buen grado, honrado, complacido, agradecido, mi modesta aportación. Puedo deciros que ya, situado en eso que llaman la tercera edad, todas estas actividades mías me han proporcionado siempre una enorme satisfacción. De verdad que yo no he hecho aportaciones importantes. Sí, desde luego, colaboraciones sencillas, como mías. Muchas veces, al prodigarme tanto, me he visto obligado a estudiar no pocas historias, las grandes y las pequeñas, las más espectaculares o las más entrañables. Eso, desde luego, ha enriquecido mi acervo cultural, agrandado mi experiencia. Me ha hecho más amigo de mis amigos, más amante de nuestra tierra. Y eso se lo debo a todos los que habéis confiado en mí.

III. DESDE LA ANÉCDOTA DE MIGUEL DE UNAMUNO.

    Quisiera recordar una célebre anécdota que tuvo como protagonista a don Miguel de Unamuno con ocasión de un homenaje que le rindieron a él y a otras personalidades de la época. Ya habían hablado los homenajeados, que proclamaron no haber merecido la distinción de que habían sido objeto, cuando don Miguel de Unamuno, al contrario de lo que habían dicho los otros, comentó que él sí había merecido el homenaje, Alfonso XIII, que asistió al acto, le diría después en la intimidad: -Miguel, has dio el único que señalar que has merecido el homenaje. A ello contestó Unamuno: -Majestad, es que yo soy el único que ha sido sincero.

    Yo voy a ir un poco más allá de la anécdota. Si con este homenaje, que me dais esta noche, se me premian y reconocen grandes méritos, la verdad es que no lo merezco. Ahora bien, al agradeceros vuestra generosidad, el cariño con que me ofrecéis este homenaje, sí quiero decir que lo merezco desde las pequeñas cosas que he podido hacer, por las modestísimas aportaciones para la querido Asociación, porque en realidad premiáis a quien ha dado lo que podía, sencilla y humildemente. Mucho menos de lo que esta Asociación se merece.

IV. MI HOMENAJE.

    Dichas estas palabras, permitidme, pues, que yo, al recibir este reconocimiento, que es impagable, rinda homenaje a la Asociación de Amigos del Archivo Diocesano; a Juan del Arco Moya, su presidente, a los miembros de la Junta Directiva, a la Secretaria, la historiadora Mari Cruz García Torralbo, que ha invitado a este acto con una carta cariñosa, exaltando mi persona, despertando mí el rubor. Os nombraría a todos y personifico en Juan Antonio López Corderoy Lucía Latorre Cano.

    Yo os felicito por vuestras inquietudes culturales. La Asociación, de manera callada, realiza una labor importante en la investigación, estudio y divulgación de la Historia, desde la fuente inagotable de los fondos documentales de los Archivos de las Catedrales de Jaén y de Baeza. Alabo, desde la admiración más rendida, los trabajos que publicáis, vuestra revista Códice y las Jornadas Históricas que se convocan cada año. Lo alabo con los mejores deseos de futuro. Merece la pena y supone la gloria todo el trabajo que se lleva a cabo desde esta Asociación.

    Permitidme que, desde mi emoción, derive este homenaje a don José Melgares Raya, canónigo archivero-bibliotecario de la Catedral, que fue alma de la Asociación. Y al entrañable José Latorre García, que fue presidente eficaz. Ambos dejaron la mejor siembra de este proyecto vivo que siempre será nuestra Asociación, aparte de las dificultades económicas que siempre se presentan a la hora de publicar los trabajos de investigación.

    ¡Cómo no destacar la inmensa labor desarrollada en determinados momentos por Luis Coronas Tejada, Manolo Osorio Muñoz, Pepe Fernández García. Y tantos otros, que, desde el silencio, siguen en la brecha en este trabajo por y para la cultura de nuestro Jaén!

    Al evocar todos estos nombres me siento empequeñecido, lleno de profunda y sincera gratitud por la generosidad con que me habéis distinguido.

    Quiero destacar, asimismo, el apoyo decidido que aporta a la Asociación, el canónigo archivero-bibliotecario de la Catedral, don Francisco Juan Martínez de Rojas, el otro deán Martínez, de este siglo XXI, que tantos y tan fructíferos trabajos lleva a cabo. En Juan del Arco Moya, el presidente de la Asociación, al que agradezco sus palabras, quiero personificar mi afecto, consideración y reconocimiento para toda la Junta Directiva, diciéndoles que, como siempre, dentro de mis muchas limitaciones, me tenéis a vuestra disposición.

    Agradezco vuestra asistencia y las distintas adhesiones recibidas. Todo eso lo dedico a la memoria de mis padres y de mis hermanos Felipe, Juan Antonio y Manolo ya fallecidos. A mi esposa, Isabel; a mis hijos, Vicente e Isabel María; a mi nuera Mari Tere, que es también nuestra hija. A toda la familia de la que me siento honrado y a la que tanto quiero.

    Con mi gratitud imperecedera, por el afecto que me dispensáis, y al que trataré siempre de corresponder, os deseo a todos unas felices Navidades y un buen comienzo del año 2010.

     Decía yo al comenzar que la ciudad donde vivimos, trabajamos, sufrimos o gozamos, es como la otra gran familia. A ella me unen entrañables afectos, a través de mi trabajo, y de mis inquietudes culturales y sociales. Seguiré en estas inquietudes mientras Dios me dé fuerzas, porque todo se lo merecen mi tierra, sus hombres y sus mujeres.

[Vicente Oya Rodríguez.]"